La Noche Oscura del Alma: la metamorfosis de la oruga a mariposa

abril 12, 2016

En el desarrollo personal y espiritual de todo ser humano
existe un proceso al que se le llama

‘La Noche Oscura del Alma’.


Muchas han sido las disciplinas que han tratado esta ‘fase’ en la que posiblemente cada uno de nosotros encontramos, o nos encontraremos al menos una vez en la vida.Técnicamente
 la podríamos definir comouna constante cíclica’.
¿Los motivos? Desde el duelo, guardado y vivido por una pérdida personal, un ser
 querido, o un trabajo; pasando por una crisis de valores o existencial, separaciones,
 un cambio de vida y dirección, el apartarse de las dinámicas familiares,
 o una rotura de las estructuras que hasta ese día funcionaban y ahora ya no…

Esas vivencias dan lugar a una crisis de mayor o menor magnitud, que deriva en un
 encontrarse pérdido y sin respuesta de la vida, sin mecanismos para generar nada.
 Parece que de golpe todo se apagó, nace una sensación de estar solo, sin guía
personal ni trascendente, caen los valores, uno siente que ya nadie cree en él.

Como todo en la vida, está puesto ahí por una razón. Y estas crisis, con su magnitud,
 también tienen su motivo de ser. Lo importante es conocer que se está en ellas y sabe
r de qué manera uno puede sostenerse en la tormenta, más allá de pensar en lo
que va encontrar cuando llegue la calma.

En Psicología Transpersonal definimos ‘El Alma’ como aquél conjunto de
acumuladas que son personales, intransferibles, y que nos definen como
 seres únicos e independientes a nuestro entorno. Diríamos que el alma nos brinda unas
 cualidades innatas que sólo nosotros poseemos y son el resultado de nuestro aprendizaje.

Además en ella reside nuestro concepto de la ética, las normas de funcionamiento
 de tipo universal (no comprendidas por las leyes humanas -la moral-), la empatía,
la compasión, la justícia.

The Accolade (1901), de Edmund Blair Leighton.
Arquetipo de el Alma dotando de poder a la Personalidad
¿Entienden ahora porqué a alguien sin ética -aunque tenga moral-, se le llama un ‘desalmado’?
El lenguaje popular es sabio en muchas de sus expresiones.
El alma nos brinda una conexión a nuestro mundo interior, a nuestra individualidad
 como seres. Esa individualidad nos permite conectar hacia adentro con nosotros mismos,
con nuestro propósito en la vida, nuestra dirección, voluntad… quiénes somos y qué
 vinimos a hacer reside en el alma de cada hombre y mujer, así es una cuestión puramente
 personal pues nadie más puede conocerlo con más exactitud que uno mismo.

La fase de ‘noche oscura’ sucede cuando esa conexión ‘aparentemente’ se pierde.
 Esta desconexión puede venir por una decisión personal, consciente, de dar un giro
a su vida y con ello entrar en esta fase de oscuridad, o bien por un suceso que cambia
 por completo su realidad y le obliga a redefinirse.

Imaginemos que por un momento esa estructura sobre la cual usted se sostiene en su
 día a día y que está formada por creencias, formas de trabajar, formas de relacionarse,
 su propia ética, el lugar de donde usted saca su escala de valores, su dirección en la vida,
su motivo de vivir… desaparece.
Y con ello, toda acción sobre el mundo exterior deja de funcionar como lo hacía.
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Naturalmente, usted intenta que vuelva a funcionar… pero no lo hace.


El proceso de ‘noche oscura’, con esa desconexión, nos está describiendo lo siguiente:
 acontece en nosotros un enfrentamiento con nuestra propia sombra.
 Lugares de nuestra psique que, por simple evolución, deben ser desechadas
 por inservibles. A menudo se necesita primero ser consciente, para luego deshacerse
 de ellas. Aunque más bien no es un ‘deshacerse’ sino un ‘traer a la luz’.
 Se iluminan zonas que actuaban sin saberlo y se sustituyen o remiendan
 por otras nuevas que serán más útiles para su futuro.

Cuantos ejemplos tenemos en personajes populares que emergieron en su carrera justo
 después de un proceso así… en ese momento, se les pidió afrontar una situación de
 su vida y se les cayó toda la estructura en la que estaban sujetados. En el tránsito
 hacia la nueva etapa, todo se oscurece.

Emerge una sensación de soledad, de no estar apoyado, ni ser oído, ni ser sustentado.
 La vida no ofrece respuestas como antaño. Si usted meditaba, no llega información.
 Si usted oraba, nadie le escucha. Lo material no ofrece feedback alguno.
 Lo personal, parece desencajado pues sus semejantes no le entienden.

Es realmente un proceso único y personal, un tránsito por el desierto y nadie puede
 imaginar la sed que usted tiene. Le pueden ver como a un loco, como a un descentrado,
‘nos abandonaste’, ‘lo hiciste mal’, ‘¿qué estás haciendo con tu vida?’… son frases que
 usted oirá.Y aquí entramos en materia: un proceso de ‘noche oscura’ pide inevitablemente
 un ‘Acto de Fe’. Confiar en que ese proceso es necesario, e debemos irremediablemente
 rendirse ante sus circunstancias. ‘Rendición’ en tanto en cuanto uno debe vivir la transición
 con sus tiempos y esperar a que el temporal amaine. Entretanto, sobrevivir…

En todos los casos arquetípicos de ‘noche oscura’ aparece la posibilidad de caer
en el otro lado, la vía fácil, que nos puede solucionar la vida pero alejarnos
nuestro propósito original y genuino.

Los Teósofos describieron estos procesos como momentos en que toda conexión
 con el mundo espiritual desaparece, y nuestra única guía debe ser nuestra fe en el proceso. Desaparecen los guías, y debemos confiar en nuestra propia alma como piloto.
Arquetípicamente, el personaje de Job en la Bíblia personifica un episodio de ‘noche oscura’.
 Satanás pacta con Dios para quitarle todo y éste cesa toda comunicación con él, mientras
 el primero le inflinge multitud de desgracias. Él nunca deja de confiar en la resolución
de sus problemas.También Jesús, en sus 40 días de travesía por el desierto, personifica
 esa crisis sin respuesta ni objetivo aparente ni horizontes, y llena de
 tentaciones para salir de ella, que es la ‘noche oscura del alma’.




Literariamente San Juan De La Cruz escribió su poema ‘Noches Oscuras Del Alma’ contándo de forma poética la experiencia de El Alma purgando sus pasiones y pecados, elevádose hacia Dios en medio de la noche y recibiendo una Luz que le facilita el camino hacia la unión de lo que arquetípicamente se llama El Cristo, una energía que le une al todo. 

Estos ejemplos, nos cuentan cómo la persona que vive en esa oscuridad momentánea 
se siente abandonado por todos, por la vida y por las circunstancias.
 Es una destrucción de su estructura, un viaje hacia una consciencia mayor pasando a
 través de un túnel sin luces y sin apariencia de llevar a ningún sitio. 
La clave está en resistir y permanecer. 

No obstante, puntualizemos el final de cada una de ellas
 (siempre en contexto arquetípico, como modelo):
Job, después de innumerables desgracias, recibió el doble de lo que tenía anteriormente.
Jesús ascendió a los cielos y se situó a la derecha del trono de su padre.
Aragorn aprovechó la maldición que su ancestro Isildur lanzó contra los espectros
 para que lucharan a su lado, y así él los liberó de ella.

Es decir, del tránsito por la máxima oscuridad se accede a la luz.
Usando lo que en nuestra oscuridad es una traba, accedemos a una mejor fase en
nuestra existencia.En la naturaleza, me llamó siempre la atención la metamorfosis
 de la oruga a mariposa.La oruga precede a la mariposa.

 Es un estado previo a ella. En su consciencia de oruga, no es capaz de imaginar
 una vida como mariposa y, por ejemplo, como debe ser abandonar el suelo para
desplazarse por el aire o dejar de roer hojas para alimentarse de néctar.
En un momento de su existencia, por trayectoria vital y en Psicología Transpersonal
diríamos que ‘por programa’, se envuelve en una crisálida y, como un acto de fe,
 deja que su propia información interna la transforme.




 

La persona, que estando realmente en la Vía,
 pasa por malos momentos en el mundo, no debe, a causa de ello,
 dirigirse a ese amigo que le ofrece refugio y confort,
 y alienta la supervivencia de su antiguo sí mismo.
 Por el contrario, debe buscar a alguien que, con fe y de forma inexorable,
 le ayude a arriesgarse, para que pueda soportar la dificultad y superarla.

 Solo en la medida en que dicha persona se exponga a sí misma
 una y otra vez a la aniquilación, puede hallar dentro de sí aquello que es indestructible.
 En esta osadía radica la dignidad y el espíritu del verdadero despertar.

 Karlfried von Durkheim
 
Carles Pérez Bueno

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