La idea de pasar el invierno en costas soleadas entre los trópicos resulta agradable pero falsa. Queremos que el árbol de la vida tenga flores durante todo el año. Pero también en los trópicos a los árboles se les caen las hojas. La noche del invierno no nos resulta menos necesaria que la noche del día. También por lo que respecta al corazón tenemos que prestar atención a la marea alta y a la marea baja. Quien sólo quiere tener marea alta se expone a la rotura del dique. No podemos estar siempre exentos de dolores, no podemos estar sin sombra, tenemos que aceptar la melancolía. También allí hay dioses.
"¡Qué horrible es la lucidez! ¡De eso huimos precisamente! No escapamos de la oscuridad, escapamos de la luz, pues ella es la que nos hace ver con claridad toda la basura que albergamos."
" La mala noticia es que estás cayendo por el aire y que no hay nada a que aferrarte, no llevas paracaídas.
La buena noticia es que no hay suelo “
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